Los estandartes y pendones colgados de los balcones de los recintos históricos, las calles cubiertas de paja en las que se instalan pequeños puestos artesanales y la mayoría de los ciudadanos ataviados con trajes de la época, permiten recuperar durante un fin de semana el sabor de la más pura tradición de pasadas épocas históricas, especialmente el Medievo. Estas son las imágenes que el viajero puede contemplar en numerosas villas y ciudades de Segovia durante la primavera y el verano. Pero este paseo por tranquilas calles empedradas en las que reconocemos casas blasonadas y pequeñas iglesias románicas junto a edificaciones de factura popular, se verá gratamente alterado por la aparición en el escenario urbano de grupos de músicos que invitan a seguir el recorrido en un alegre cortejo o personajes que realizan ejercicios malabares, saltimbanquis y equilibristas que atraen la atención del público hacia el punto neurálgico de la fiesta: la Plaza. En el centro se sitúa el halconero, que dejará volar en libertad a sus halcones y el encantador de serpientes.

 

En este foro también se situarán los artesanos y talleres, como el del soplador de vidrio, el cantero, el herrero, la tejedora o la hilandera, entre otros. Perfectamente ataviados, trabajarán sus materias primas para demostrar a los visitantes el producto final. Las calles medievales de cada villa, serán el enclave para el resto de artesanos que venderán productos elaborados artesanalmente como caramelos, hierbas medicinales, perfumes, productos de madera y cuero. Los artesanos de juegos y títeres recorrerán las calles con sus actuaciones. En muchos de estos lugares el mercado medieval se completa con actuaciones nocturnas en las que el espectáculo y el fuego se combinan para deleitar al público.

 


La provincia de Segovia cuenta con un rico y variado Patrimonio Industrial formado por máquinas, construcciones y edificios que en el pasado albergaron y formaron parte de la industria y que han llegado hasta nuestros días. Como ejemplos se pueden citar los molinos, martinetes, fábricas de resina, aserraderos, hornos para cal, tejeras, esquileos…

 

La autarquía del pasado hizo crecer una industria cotidiana y diversa que cubría las necesidades de la zona. Como consecuencia del retraso en la implantación de la Revolución Industrial en la provincia y la utilidad y rentabilidad de estas formas de producción (algunas de las cuales han estado en funcionamiento hasta los años setenta) podemos contar hoy con un amplio abanico de ejemplos, algunos verdaderamente singulares y emblemáticos en tierras de Segovia y en el conjunto del territorio nacional, como la Casa de Moneda de Segovia, la Fábrica de Vidrio de La Granja, el Martinete de Navafría, el Real Aserrío Mecánico de Valsaín y el Esquileo de Cabanillas del Monte.

 

La ruta que nos ocupa está diseñada considerando la singularidad y el buen estado de conservación de los elementos que se proponen y que físicamente están unidos por la línea que discurre por la vera de la sierra, en gran parte paralela o confluente con la Cañada Real. Se puede realizar en coche pero es recomendable hacer (al menos) alguno de sus tramos a pie o en bicicleta. De cualquier forma se podrá disfrutar con el paisaje y la contemplación de las numerosas especies de aves de la zona: cigüeñas, milanos, buitres… Es útil, pues, llevar unos prismáticos.

 

Se inicia en Valsaín, en el Real Aserrío Mecánico, continúa con la Real Fábrica de Vidrio de La Granja de San Ildefonso, sigue después hasta el Esquileo de Cabanillas del Monte y termina con el Martinete de la Fundición de Cobre de Navafría.

DESTACADOS 2016

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