Identifican zonas con alto potencial arqueológico del Paleolítico entre los ríos Eresma y Riaza

5 de noviembre de 2025 Montejo de la Vega de la Serrezuela

Investigadores del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (Iphes-Cerca), la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) han desarrollado un modelo espacial innovador que permite estimar el potencial arqueológico del Paleolítico en el territorio comprendido entre los ríos Eresma y Riaza, dentro de la cuenca del Duero. El estudio, publicado en la revista Journal of Archaeological Method and Theory, propone una metodología pionera destinada a mejorar la localización de nuevos yacimientos, la planificación territorial y la preservación del patrimonio arqueológico.

Durante décadas, los especialistas han afrontado dificultades para modelar la distribución de los yacimientos paleolíticos en la meseta interior debido a la escasez y dispersión de los datos. Para superar estas limitaciones, el equipo investigador ha optado por una estrategia deductiva y teórica que combina el conocimiento del territorio con un enfoque multidisciplinar basado en la arqueología, la geología, la geomorfología y el análisis espacial.

Un territorio de gran diversidad paisajística

El área estudiada, situada entre los ríos Eresma y Riaza, presenta una notable variedad de paisajes —llanuras, páramos, laderas y piedemontes calizos— y una riqueza geológica que ya había propiciado la aparición de yacimientos del Paleolítico, tanto en cuevas como al aire libre. Este contexto la convierte en un entorno idóneo para poner a prueba el nuevo modelo.

El equipo ha generado mapas de asentamiento potencial, preservación y potencial arqueológico general. Los resultados indican que las zonas con mayor probabilidad de albergar restos del Paleolítico se localizan principalmente en las llanuras del Duero, los páramos del norte del sistema Central y las áreas de piedemonte. Al contrastar el modelo con los yacimientos ya documentados —que abarcan desde el Paleolítico inferior hasta el superior— se observó una alta correspondencia, lo que confirma la eficacia de la herramienta.

El estudio concluye que la habitabilidad del territorio fue el principal factor que condicionó la presencia humana, más que la conservación posterior de los restos. Las áreas menos favorables para el asentamiento generaron menos registros arqueológicos no tanto por pérdida de información, sino porque apenas fueron ocupadas.

Aplicación práctica en la gestión del patrimonio

Más allá del avance científico, el modelo tiene una aplicación directa en la gestión del patrimonio y la ordenación del territorio. Permite priorizar las áreas con alto potencial arqueológico, optimizando las prospecciones de campo y reduciendo el riesgo de afecciones sobre zonas de interés patrimonial. Su diseño flexible —basado en el análisis multicriterio y el método Delphi, que incorpora la valoración de expertos— resulta especialmente útil en regiones con registros arqueológicos limitados.

Aunque el estudio reconoce limitaciones como el uso de variables ambientales actuales o la falta de información paleoambiental detallada, sus autores subrayan que el modelo representa un avance metodológico de gran valor. Además, su estructura puede reproducirse en otras regiones de la Península Ibérica o del mundo, abriendo nuevas vías para el estudio del poblamiento humano en épocas prehistóricas.

El trabajo, firmado por Amanda Merino-Pelaz, María de Andrés-Herrero, David Álvarez-Alonso, Luis Miguel Tanarro y Andrés Díez Herrero, ofrece una herramienta práctica que contribuye tanto a la comprensión del pasado como a la protección del patrimonio arqueológico frente a los desafíos actuales.

Turismo Arqueológico

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