La delegada territorial de la Junta, Raquel Alonso, y el presidente accidental de la Diputación provincial, José María Bravo, junto al alcalde de Aguilafuente, Luis Mariano García, visitaron las excavaciones en curso en la Villa Romana de Santa Lucía. Los trabajos en el yacimiento alcanzan este mes de julio la octava campaña de excavaciones arqueológicas.
El equipo arqueológico está dirigido por Santiago Martínez Caballero, director del Museo de Segovia, y por Juan José Palao Vicente, profesor de la Universidad de Salamanca, y está formado por una decena de técnicos arqueólogos, quienes ejecutan el trabajo más especializado de la excavación (documentación, fotogrametría, o cartografía), complementados por equipos de topografía y antropología, así como por alumnos en prácticas de la Universidad de Salamanca.
Los trabajos de la presente campaña se centran en el sector suroccidental del complejo residencial romano, donde en las campañas pasadas se había advertido la presencia de estructuras pertenecientes a una fase Alto Imperial, con cronología de al menos el siglo II d.C., que precedió a la construcción del gran edificio palacial residencial del siglo IV d.C., al que pretenece la gran villa romana de planta cuadrangular.
En este sector del yacimiento ya se había advertido la presencia de una gran sala rectangular que, integrada en el complejo del siglo IV d.C., se dispone siguiendo un eje de ordenación diferente al del resto del edificio. La actuación de este año ha permitido concretar que esta gran sala pertenece a un primer edificio del siglo II d.C., al que igualmente pertenecen varias estancias de termas que se han documentado este año. En concreto, se han podido documentar al menos cuatro de estas estancias, abiertas en torno a un posible patio central y dotadas de sistema de hypocaustum, esto es, un sistema de cámaras bajo el pavimento para la circulación de aire caliente, que calefactaba dichos espacios. De estos hypocaustum se conservan algunas pilas de ladrillo sobre las que se disponían los pavimentos para generar estas cámaras. Las salas están construidas con buena obra de fábrica, en muros de mampostería, conservados en algunos sectores hasta la altura de medio metro.
El equipo de investigación está analizando si estos espacios termales del siglo II siguieron en uso en el siglo IV d.C., ya que, en el nuevo conjunto arquitectónico, se integraron igualmente unas nuevas termas, a la que pertenecen varias salas de baños.
Además, en la campaña de este verano, se han detectado varias tumbas de Época Tardoantigua (siglos VI-VII d.C.), pertenecientes a la Necrópolis Visigoda que se dipuso sobre la ruina del edifico romano, una vez había sido abandonado y ocupadas sus inmediaciones por una aldea agrícola organizada en torno a una pequeña iglesia construida sobre el ángulo nororiental del eficio romano Bajo Imperial.
Fuente: El Adelantado de Segovia