Los gentilicios más curiosos de la provincia de Segovia

17 de octubre de 2025

La provincia de Segovia guarda pueblos con encanto, historia, naturaleza, gastronomía y leyendas… pero también pueblos con gentilicios de lo más singulares.

En nuestras redes sociales hemos querido compartir algunos de los nombres más curiosos y divertidos con los que se conoce a los habitantes de distintas localidades segovianas. Algunos tienen raíces históricas, otros suenan entrañables o incluso misteriosos. A ver cuál te sorprende más.

Cebolleros y cebolleras
En plena Campiña Segoviana, a unos cuarenta kilómetros de la capital, Martín Muñoz de las Posadas presume de su Feria del Tomate, que tiñe de rojo su plaza Mayor cada verano. De allí son los conocidos cebolleros y cebolleras.

Aguiluchos y aguiluchas
El aguilucho no solo es un ave. También es el nombre que reciben los vecinos de Aguilafuente, villa de notable actividad arqueológica gracias a su Aula Arqueológica y a la Villa Romana de Santa Lucía. En 1472, además, Aguilafuente fue cuna del primer libro impreso en España: el Sinodal de Aguilafuente.

Torronchos y torronchas
En la Campiña Segoviana encontramos también Etreros, un pequeño pueblo de menos de un centenar de habitantes, cuyo nombre —de origen vasco e ibérico— da lugar a este simpático gentilicio.

Corbatos y corbatas
Aunque el nombre recuerde más a una prenda de vestir, los corbatos son los vecinos de Gomezserracín, municipio con una arraigada tradición agrícola.

Botoneros y botoneras
Con apenas cuarenta habitantes, Encinas pertenece a la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda. Durante la repoblación medieval, el territorio se integró en el Ochavo de Bercimuel, y desde entonces sus habitantes son conocidos como botoneros y botoneras.

Piñoneros y piñoneras
Regado por el río Pirón y el arroyo Arevalillo, Monzoncillo aparece mencionado ya en 1247 como Moçonciello. Su nombre, diminutivo de Monzón, significa literalmente “el pequeño Monzón”.

Machoteros y machoteras
A unos treinta kilómetros de la capital, Zarzuela del Monte destaca por su iglesia de San Vicente Mártir, declarada Bien de Interés Cultural, cuyo ábside mudéjar es una joya arquitectónica. De allí son los machoteros y machoteras.

Cucos y cucas
Lindando con la provincia de Ávila se encuentra Montuenga, pequeño pueblo de apenas un centenar de habitantes integrado en el municipio de Codorniz. Sus vecinos reciben el cariñoso apelativo de cucos y cucas.

Mochicones y mochiconas
En plena Sierra de Ayllón, dentro del grupo de los llamados pueblos negros por el uso de pizarra en sus construcciones, El Negredo pertenece al municipio de Riaza. Sus habitantes son conocidos como mochicones y mochiconas.

Desde la Campiña Segoviana hasta las sierras del norte, los pueblos de nuestra provincia conservan nombres con historia, humor y personalidad propia. Una muestra más de la diversidad y el carácter que hacen de Segovia un territorio único para descubrir.

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