La Virgen del Henar y su Fiesta

La Virgen del Henar y su Fiesta

Aunque circulan varias leyendas en torno a la aparición de la imagen de la Virgen del Henar, una de las más populares cuenta que la talla llegó hasta Cuéllar de manos de san Geroteo, primer obispo de Segovia, tras ser esculpida en Antioquía, en torno al año 67 d. C. Tras ser venerada durante varios siglos, ante la invasión musulmana y el miedo de su destrucción, la imagen fue enterrada en el lugar.

 

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La Virgen del Henar y su Fiesta

La leyenda continúa narrando como varios siglos después, en el año 1580, la virgen se le apareció un niño que cuidaba del rebaño de su padre. La imagen le pidió que fuese a avisar a su padre, pero éste le regañó por dejar solo el rebaño. Al regresar, la virgen le solicitó nuevamente que anunciará su visita, pero el niño se negó por el temor a otra reprimenda.

Entonces la mujer le pidió que lanzase una piedra, mientras que el pequeño era manco. Lo intentó y al momento su brazo quedó sanado, por lo que nuevamente volvió a avisar a su familia. Al ver su padre el milagro, rápidamente acudió al lugar, donde la imagen se presentó, pidiéndoles que cavaran para encontrar la talla, lo que hicieron, encontrando la imagen de la virgen con un cirio encendido a su lado. Ahí comenzó a brotar agua, por lo que el espacio es hoy lo que se denomina La Fuente del Cirio, uno de los lugares más visitados durante la romería, puesto que son muchos los fieles que piensan que está agua está bendecida por la Virgen del Henar.

También cuenta una leyenda que, tras la aparición de la Virgen del Henar, un labrador intentó llevarse la imagen en su carro, pero una vez que cargo la talla, los bueyes se negaron a caminar, por lo que el agricultor comprendió que la Virgen quería ser venerada en ese lugar.

Hasta ahí parte de la leyenda más conocida sobre la aparición de la Virgen del Henar, aunque la realidad nos lleva a que la talla original es una imagen románica del siglo XII que perteneció a un poblado desaparecido que llevaba el nombre de Santa María del Henar. La imagen fue retocada en el siglo XVI y restaurada en el año 2015, cuando también se realizó una copia para sacar en procesión, mientras que la original queda guardada en su camarín para que no sufra los movimientos de trayecto.

Se trata de una talla policromada que sostiene en su regazo a su hijo como ‘Sede Sapientiae’ (trono de sabiduría). El Niño presenta la iconografía del Pantocrátor bizantino, con una mano sostiene el libro cerrado de la nueva Ley y con la otra bendice con tres dedos en postura frontal.

Patrona de la Comunidad de Villa y Tierra y de los Resineros

La virgen ostenta numerosos títulos, entre ellos los de patrona de la Comunidad de Villa y Tierra de Cuellar y de los resineros de España, así como protectora y alcaldesa de esta zona. Fue en 1939 cuando por primera vez la Central Resinera Española eligió espontánemanete por patrona a la Virgen del Henar, y el 28 de febrero de 1958 el papa Pío XII firmaba en Roma un Breve Pontificio por el que se concedía la gracia pedida y el 25 de junio de ese mismo año se celebró la fiesta solemne de la proclamación del patronazgo.

El Henar

La Romería

Constituye una de las más colosales afluencias de fieles a un santuario popular en Castilla. Ha sido descrita, cantada, poetizada, fotografiada y televisada en numerosas ocasiones y es la simiente del Jubileo. 

Porque desde hace 400 años la fiesta se vive a modo de romería con una novena en honor de la Virgen que se celebra los días antes, una misa vespertina el sábado anterior al día grande, seguido de un Rosario de Antorchas por la pradera, y una misa campaña presidida por la imagen de la Virgen y una gran procesión seguida por cientos de fieles durante su fiesta, en una jornada en la que se celebran multitud de eucaristías y confesiones para dar cabida a todos los fieles. 

En condiciones normales, tras la misa se celebra una multitudinaria procesión que trata casi dos horas en recorrer los apenas 300 metros, en medio de bailes populares. Los niños y niñas, siguiendo la tradición son colocados en la carroza triunfal con los que se pide protección a la “Morenita”.