Jairo Zavala es uno de esos músicos curtidos en escenarios pequeños, medianos y grandes. De esos que saben lo que es tocar para un grupo o presentarse como líder –con nombre que a algunos siempre les sonará a gol olímpico, Depedro–sobre unos escenarios que ya se han acostumbrado a sus anchas patillas y sus canciones tan de aquí como de allá.
Hace años que sus melodías van ligadas a otras culturas, a otros folclores, y que viajan de una parte a otra del mundo convirtiéndole, en cada nuevo trabajo discográfico más, en un ejemplar del indie más independiente que ninguno; a veces solo y otras como acompañante de la banda americana Calexico, a la que hay que otorgar parte del mérito de que el sonido Depedro exista.
Estados Unidos, México, Argentina, Brasil, Australia, China, África o Rusia lo han visto pasar y en más de una treintena de países títulos como La increíble historia de un hombre bueno o El pasajero han tenido billete para las estanterías de las tiendas de discos, haciendo de Depedro un nombre que no llena estadios pero sí puebla salas de conciertos de distintos tamaños.
Depedro es un artista sin fronteras, sin barreras y sin etiquetas; de música y canciones, de mestizaje. De la experiencia con una guitarra colgada del hombro que da haber sido vaca azul, uno entre 3.000 hombres, homenaje a Led Zeppelin o amparanoia.
FUNCIÓN: 21:00 h
DURACIÓN: 1 h 30 min
LUGAR: Teatro Juan Bravo
PRECIO: 25 € y 20 € (según planta)
