Pedraza, la joya medieval de Segovia El pueblo de Segovia que todo el mundo adora, está declarado Conjunto Histórico-Artístico y es la mayor joya medieval de Europa.Pedraza, la joya medieval de Segovia, conserva su muralla, un castillo, casas nobles y una atmósfera que lo vuelven un lugar único.La joya medieval del siglo XIV que casi nadie visita, donde vivió el Cid Campeador y se considera uno de los castillos mejor conservados de España. Entre los paisajes dorados de la provincia de Segovia, donde el silencio de la historia se mezcla con el viento castellano, se esconde Pedraza. Se trata de una de las villas más hermosas y mejor conservadas de Europa. Con apenas 400 habitantes, esta joya de la Edad Media ha sido declarada Conjunto Histórico-Artístico desde 1951 y se mantiene como un modelo excepcional de urbanismo medieval. Quien cruza su muralla siente de inmediato que ha entrado en otro tiempo. Todo en Pedraza evoca un pasado noble y resistente. Sus calles empedradas, las casas blasonadas, la torre de su iglesia, los arcos de la muralla, las viejas mazmorras y hasta la tenue luz que se cuela por sus callejones, parecen diseñados para que el viajero camine entre los ecos de siglos pasados. A diferencia de otros pueblos medievales de Europa, esta localidad segoviana no se ha convertido en un escenario artificial. Aquí, el tiempo no se disfraza: se respira. La muralla, la Puerta de la Villa y el corazón de la Edad MediaUno de los primeros encantos de Pedraza es su muralla, construida entre los siglos XIII y XVI, que abraza todo el pueblo en un círculo de piedra casi perfecto. El acceso principal es la Puerta de la Villa, un arco de origen medieval coronado por el escudo de los Velasco, una de las familias más influyentes de la Castilla señorial. Esta puerta ha cumplido funciones defensivas durante siglos, y cruzarla hoy supone, simbólicamente, dejar atrás el mundo moderno. Una vez dentro, Pedraza se despliega con una armonía admirable. Las calles estrechas y empedradas desembocan en la Plaza Mayor, un espacio irregular y profundamente castellano, flanqueado por soportales, balcones de forja y antiguas casas nobiliarias. En este núcleo palpitante, la iglesia de San Juan Bautista domina el espacio con su mezcla de arquitectura románica y elementos barrocos, una torre con arquería y un ábside austero y solemne. El castillo, los Zuloaga y la estampa eterna de PedrazaElevado sobre un cerro, como vigilando desde lo alto a los siglos, se encuentra el castillo de Pedraza. Una fortaleza cuya imagen recortada contra el cielo es inconfundible. Construido originalmente en el siglo XIII, fue restaurado a principios del siglo XX por el pintor Ignacio Zuloaga, quien convirtió parte de su interior en un museo que hoy conserva varias de sus obras. Visitar el castillo es comprender no solo la función militar de estas estructuras, sino también la sensibilidad de quienes supieron salvarlas de la ruina. A pocos pasos se encuentra otro lugar ineludible. Se trata de la antigua Cárcel de la Villa. Una institución penitenciaria que estuvo en funcionamiento desde el siglo XIII hasta el XIX. Hoy es un museo fascinante en el que se pueden ver celdas originales, grilletes oxidados por el tiempo y paredes que aún parecen susurrar historias de encierro y redención. Casas blasonadas y el alma de la nobleza castellanaUno de los grandes encantos de Pedraza reside en sus casas señoriales, muchas de ellas adornadas con escudos heráldicos. Destaca especialmente la Casa de Pilatos, situada en la Calle Real, que perteneció a la familia Ladrón de Guevara y constituye uno de los ejemplos más notables de la arquitectura nobiliaria del siglo XVI. Estas construcciones de piedra, con patios interiores, rejas de forja y balcones ornamentados, recuerdan que Pedraza fue durante siglos refugio de linajes influyentes y bastión de la aristocracia rural. La Noche de las Velas y una experiencia sensorial únicaSi hay una fecha en la que Pedraza brilla con una magia aún más intensa, es durante la Noche de las Velas, en el mes de julio. En esta celebración, las luces eléctricas se apagan y miles de velas se encienden por todo el pueblo, creando una atmósfera casi onírica. Las calles se llenan de notas musicales gracias a conciertos de música clásica que tienen lugar en la Plaza Mayor. Y el conjunto monumental parece flotar entre sombras y reflejos. Este evento es una de las razones por las que tantos viajeros consideran a Pedraza una de las mayores joyas medievales de Europa. Porque consigue que el pasado no solo se contemple, sino que se viva, se escuche, se camine. Fuente: www.articulo14.es